Hoy debería estar escribiendo algo sobre los 88, una ruta de las duras de verdad, organizado por el club Mammoth y que se hace en parejas, y que es una marcha clásica de las que se organizan en Madrid. Sin embargo por una incomprensible decisión de la Comunidad de Madrid, fue suspendida 2 días antes de su celebración debido al riesgo de incendios. Ya he escrito al respecto por otros sitios, en cualquier caso para el que quiera puede mirar por estos links para informarse del tema y lo que piensan los bikers de Madrid.
Total, tras el cabreo inicial que me generó la situación me busqué una alternativa y decidí que pasaría la tarde del domingo por la Pedriza, haciendo la mítica ruta de las zetas. Además, sería una buena ocasión para presentarla por el blog, poner el track y mostrar unas cuantas fotos de la zona, que ofrece un paisaje muy singular dentro de lo que es la sierra.
Las zetas de la Pedriza, en todas sus variantes, es una de las rutas que más me gustan y que más veces he hecho por la sierra de Madrid. Técnicamente no tienen mucho, sin embargo, el tenerla literalmente a la vuelta de la esquina, los paisajes que ofrece y las subidas largas y mantenidas que hay que superar, hacen que sea un lugar de entrenamiento ideal. Además, como es una zona con bastante gente, no me preocupa ir solo, ya que es fácil que si te pasa algo, puedas encontrar ayuda.
El característico paisaje de la Pedriza
Todos los meses suelo rutear por la zona, normalmente la ascensión a la Nava me la ahorro. Pero de lo que si disfruto siempre es de los magníficos paisajes de la Pedriza, de unas subidas que a ratos se hacen interminables y de un olor a jaras que cada vez que voy allí no deja de llamarme la atención.
Esta versión es un poco más fuerte que las habituales. Se empieza desde el parking exterior y para llegar a la pista de subida, subimos un carril, que sale de la izquierda del parking y que después de un kilómetro, hay que coger una puerta a la derecha que es la que nos lleva a otro carril hasta la pista principal de subida.
La siguiente variación es en el final de la ruta. Tras subir al Collado de los Pastores y a la Nava y bajar hasta Cantocochino, aquí cojo una pista a la derecha que me llevará tras 2,5 km de dura ascensión a la pista de subida inicial, que luego cogeré hacia la izquierda y por la que bajaremos hasta la entrada al parque. De esta manera salen unos 56km y 1.500 metros de desnivel, con pocas dificultades técnicas pero con una enorme cantidad de metros de desnivel positivo a superar.
Pasando a la ruta, esta se puede dividir en 4 partes:
1. Subida al collado de los pastores.
2. Subida a la Nava
3. Descenso hasta Cantocochino
4. Ascenso hasta la pista de subida y vuelta al parking externo.
Subida al collado de los pastores
Saliendo desde el Parque y haciendo la primera parte de la subida por el carril que he comentado, llegar al collado de los pastores supone unos 16,5 km y algo más de 800 metros de desnivel positivo.
Es una subida en escalones. Un rato subiendo, descansillo, otro rato subiendo, otro descansillo y los últimos kilómetros que nos llevan ya al mismo collado de los pastores. En general son subidas bastante mantenidas, si bien en los dos últimos “escalones” las rampas son más duras que en el primero.
Y otra cosa que caracteriza a la subida (a toda la pisa que vamos a seguir en general) son las numerosas zetas por las que iremos ganando altura y que nos regalarán en muchos casos unas preciosas vistas.
Los primeros metros por el carril hasta alcanzar la pista son los más duros del primer escalón. Una vez en superado esto, nos meteremos en un bosque relativamente abierto, que una vez pasado el primer descansillo, se cierra bastante.
Antes de terminar el segundo tramo de la subida hay una fuente. Esto es importante ya que solo hay dos en todo el recorrido (bueno, hay dos más pero en verano/ otoño no suelen tener agua) y la siguiente esta ya cuando pasemos cantocochino. Por lo tanto, un punto bueno para coger agua.
El último tercio de la subida la verdad es que se hace bastante largo y que tiene unas rampas mantenidas bastante duras. El paisaje va cambiando, para convertirse en uno de alta montaña cuando nos acercamos a los 1.700 metros largos de altura que tiene el collado. Aquí la parada es obligada, para poder disfrutar de las vistas que nos ofrece el mirador, tanto de la llanura madrileña, como de los riscos de la pedriza, la bola del mundo y el valle encajonado que crea el Manzanares en su nacimiento. Particularmente, me podría pasar las horas muertas en este punto.
La subida a la Nava
Antes de comenzar el ascenso a la Nava, hay que bajar un poco. Desde el collado de los Pastores hasta el punto donde se inicia el ascenso hay unos 6km, casi todos de bajada, aunque también nos encontramos con algún que otro repecho. Al comienzo del descenso, tenemos unas excelentes vistas de toda la curva que crea el valle del Manzanares (vereda de los mesones) para luego introducirnos otra vez en un pinar cerrado.
El ascenso propiamente dicho comienza tras pasar el Arroyo de Simón de los Chorros. El primer kilómetro nos lleva al comedero de buitres, punto en el que hay que elegir girar a la izquierda para subir definitivamente a la Nava o seguir de frente para bajar hasta Cantocochino. Hasta aquí, la pista esta en bastante buen estado, como en toda la parte del recorrido principal. Sin embargo, en los kilómetros que quedan de subida, esta se encontrará cada vez más rota, especialmente al final, lo que dificulta pedalear a gusto.
La subida es muy mantenida y quitando los últimos kilómetros, de porcentajes bastante llevaderos. Seguimos haciendo zetas y seguimos ganando altura constantemente. Una vez alcanzados los 1750 metros de altura, los árboles desaparecen, dejando una sensación muy “alpina” a lo que queda de ascensión.
Este último tramo se endurece, tanto por el terreno como por las rampas a superar, lo que unido al desgaste que siempre se lleva en este punto, hace parecer que nunca se alcanza la cima. Además esta engaña, porque hay un par de ocasiones en las que da la impresión de que se alcanza, pero no, el camino continúa y te exige un poquito más de esfuerzo.
La Nava es otro de esos sitios donde me podría pasar las horas muertas. A la respetable altura de 1.940 metros, una de las alturas ciclables más elevadas de la Comunidad de Madrid tenemos unas vistas impresionantes. Se disfruta de una paz y tranquilidad que solo interrumpen el constante viento en la zona y los ruidos provocados por vacas y cabras montesas que pueblan la zona. Raro es el día que no me cruzo con unas cuantas o que incluso las veo hacer chocar sus cornamentas en duelo. Con lo que cuesta llegar aquí da pena retomar la marcha, pero no queda más remedio. Hay que prepararse, que toca un descenso interminable hasta llegar a Cantocochino
Descenso a Cantocochino.
Ahora hay que bajar por la misma pista que hemos tenido que ganarnos en la subida. Nos esperan 15 km de bajada sin descanso hasta Cantocochino y sus Parkings ya en el interior del Parque Natural.
Al principio hay que tener cuidado, porque la pista está bastante rota, pero una vez alcanzado el comedero de Buitres, podemos alcanzar unas velocidades que asustan. Y esas mismas velocidades las debemos de parar en todas y cada una de las zetas que nos encontremos, que serán unas cuantas.
De nuevo, no hay grandes dificultades técnicas y no nos encontraremos con tramos que pongan a prueba nuestra pericia llevando la bici. Lo único frenar progresivamente, buscar la trazada sin roderas y colocar a nuestra montura correctamente en las curvas.
En un momento dado, nos volveremos a encontrar con el Manzanares que discurre limpio y saltarín a nuestra izquierda. Y poco poco nos encontraremos con más gente. Dependiendo de la época del año, hay auténticas manadas de domingueros por la zona, aprovechando que es el punto más interno que se puede alcanzar en el parque con coche. Especialmente en verano, cuando la gente viene a aprovechar las frescas y gratuitas aguas del manzanares, por este tramo hay que andar con mucho ojo y esquivando a gente.
Ciertamente, muchos se ganan el título de domingueros energúmenos a pulso, dejando basura por todos sitios y comportándose bastante peor que los animales. Todo el mundo tiene derecho a disfrutar de la montaña, pero lo mínimo que se puede pedir es un poco de educación y no dejar tirada la basura, restos de botellas etc por cualquier lugar. Ayer me encontré unos cuantos puntos así. La verdad es que, donde puedan llegar los coches, acaban llegando estos personajes incívicos. Si por mi fuera, los dejaba a todos fuera del parque, verás que rápido se iban a acabar estas tonterías.
Bueno, después de este inciso sobre la fauna que puebla la zona (no toda es así, también hay mucha gente que disfruta tranquilamente de la Pedriza) sigo con la ruta. Tras pasar una barrera, tomamos una carretera estrecha con parkings a la izquierda y tras unos metros, hay que coger una nueva pista en subida a la derecha, delimitada por una barrera, que nos llevará al camino del comienzo de la ruta.
Vuelta a la pista de subida y descenso hasta la entrada al parque
La subida se hace por asfalto viejo. La parte más dura son sus primeros 2,5 km, que mantienen unos porcentajes muy duros y que si has llegado aquí después de pasar por el collado de los pastores y la Nava, hacen bastante daño en las maltrechas piernas. Pero con paciencia y plato pequeño se llega a cualquier sitio.
Tras 1,5 km, hay una fuente, y al poco, volvemos a la pista de subida. Aquí giramos a la izquierda y subimos unos metros más, eso si, con pendiente bastante más suave.
Lo que queda es bajar lo que hemos subido al principio de la ruta. Como en toda ella, seguimos con pista en buen estado, en la que podemos bajar cómodamente. En el track que he puesto, en vez de bajar por el carril de subida, sigo de frente y bajo el último kilómetro por carretera hasta el parking de entrada al parque. La razón es que era de noche y no quería meterme por los bancos de arena que había visto en el carril de subida. Si tenéis luz, os recomiendo que bajéis por allí, es bastante divertido y además te evitas tener que pisar el asfalto.
De esta manera, completamos la ruta en nuestro punto de inicio, después de una buena cantidad de kilómetros, subidas duras y prolongadas y descensos interminables. Una ruta que nos regala unas preciosas vistas a lo largo de todo el recorrido, dentro de un paraje singular como es la Pedriza madrileña.
Siguiendo la pista hay bastantes opciones. Desde la entrada del parque, la ruta subiendo solo al collado y a la Nava y saliendo por la carretera de Cantocochino serían 1.350 de desnivel y 50km. La misma sin la Nava 38 km y 1000 de desnivel. Y desde la entrada al parque al collado de los pastores y luego con la resubida a la pista de comienzo 1.150 de desnivel y 46km. También se puede salir directamente de Cantocochino, aunque dadas las dificultades para aparcar en fin de semana, casi mejor hacerlo desde la parte de fuera del parque. Como veis, la ruta se puede endurecer o dejar más suave fácilmente.
En cuanto a mi, no quería hacer una crónica del día de ayer sino una invitación a los ciclistas que no la conozcan a que se acerquen y disfruten de la misma. Particularmente, me encontré bastante bien, sobre todo en la subida a la Nava, donde pude llevar un ritmo constante bastante bueno, de hecho muy cerca de mis mejores tiempos. Además, lo que más me alegró de todo, es que no sufría molestias ni de espalda, ni de culo, ni de abductores ni de rodilla, ni de nada, por lo que pude dedicarme a pedalear y disfrutar.
Me gustaría decir que subo como un tiro, pero más bien, lo que subo es como un percherón, a ritmo lento pero seguro y me da igual que haya un monte, dos o los que sean. Veremos que tal se da la marcha Maraton Sierra Norte este domingo.
Pues la Sierra Norte se te dará genial con estas pechadas de kms que te has metido en las últimas semanas.
ResponderEliminarRespecto a La Pedri, qué decir, es uno de los enclaves clásicos para entrenar largas subidas.
Por cierto, Tony estuvo el domingo haciendo la misma ruta.
Buena ruta y buenas fotos. Nos vemos el domingo, que ya hace...
A ver que tal estoy para el domingo, que hoy me he despertado con la garganta como un botillo.
ResponderEliminarLa verdad que este verano si que he tenido continuidad y como bien has dicho alguna vez, se nota una barbaridad.
Ahora tengo suerte, en 30minutos en coche estoy en la Pedriza, todo un lujo, aunque este verano con todo el rollo de la mudanza no he podido visitarla entresemana todo lo que quería.
Y nada, hasta el domingo, que efectivamente hace un siglo que no nos vemos!
Un abrazo,
Bruna
Añoro mis rutitas de senderismo pero es que no tengo tiempo para nada... Preciosas fotos y paraje :D
ResponderEliminarBesos.
Hola Silvia,
ResponderEliminarSi la añoras es que te gustaban, así que no se que haces que no tiras para el monte.
La Pedriza es una de esas joyas que tenemos en Madrid y que hay que aprovechar de vez en cuando. La verdad que para el senderismo y escalada ofrece aún más que para la bici. Eso si, te puedes perder por sus senderos
Un saludo!
Hola Bruna!!!! Tenía pendiente leer tus crónicas de pirineos y me he encontrado con esta mini crónica... Casi coincidimos, también la hice el otro día!!!
ResponderEliminarTienes toda la razón que es buena ruta para meterte unos buenos metro de dap con poca dificultad técnica y muy buenas vistas de Madrid!!!!
Abrazo fuerte
Hombre Juanma! Me alegro de leerte por aquí. Hubiera estado bien habernos encontrado por la Pedri!
ResponderEliminarLa verdad es que no me canso de hacer esa ruta y mira que ya van veces
Un abrazo!