lunes, 23 de enero de 2012

Objetivos 2012: Uno solo, 10.000 del Soplao

Hola de nuevo,

Hace un par de semanas escribía para valorar un poco como había sido el 2011 a nivel deportivo. Estamos en enero, así que toca ponerse objetivos para el resto del año.

En realidad, más que ponerse objetivos, este año hay “EL OBJETIVO”. Finalmente, después de muchos años mareando la perdiz, este año si, me voy a Cabezón, ¡me voy a hacer los 10.000 del Soplao! La verdad es que es mejor no pensar mucho lo que supone…4.500 metros de desnivel, 165 Km por las agrestes tierras cántabras. En otras palabras, que se va tres pueblos en comparación con cualquier otro reto ciclista que haya hecho o que se me haya pasado por la cabeza.

Al final este año con el cambio de horario y con los cambios que tendrá mi vida a partir del verano, parece el momento perfecto para hacer algo así. Suena como un ahora o nunca y en parte lo es. Lógicamente, mi objetivo es terminar, no me planteo ni tiempo ni nada por el estilo. Aunque bueno, intentaré que por lo menos no tenga que poner las luces para hacer el último descenso del Moral. No se, 12-13h de ciclado para unas 14h de tiempo completo estarían más que decentes.

martes, 10 de enero de 2012

Valoración 2011


Después de correr por un loco por las calles de Madrid en la San Silvestre Vallecana, se puede dar por concluido el año 2011 en cuanto a lo que deporte se refiere.

El año en general lo puedo calificar como positivo. Tras algunos cursos un poco más flojos, superé los 5.000 km todos con MTB y con bastante desnivel (más de 66.000 metros de acumulado). Haciendo una comparación, si bien no llega a mis números de 2006 o 2007, donde también tenía mucho más tiempo para entrenar, es de los últimos tres años claramente el que mejores estadísticas tiene.

Cumplí mi objetivo principal del año (hacer la Pedals de Occitania en los Pirineos, eso si en plan viaje). Los secundarios, los que me han dejado, hacer la Marcha Sierra Norte de Madrid bajando tiempo (30 minutos con respecto a 2010 pero aún 20 minutos por encima de mi tiempo de 2009). La de los 88 por parejas la suspendieron justo el día de antes.

Disfrutando en los Pirineos 

Además, he vuelto otra vez a bajar mucho mejor por caminos de cabras, que los últimos años andaba un poco flojo en ese particular. Si ya noté mejoría bajando con la Giant XTC rígida, cuando me compré la nueva Giant Trance X en Noviembre me ha hecho de nuevo disfrutar muchísimo de las zonas más técnicas, a la par que bajar con gran velocidad.

Otro punto importante es que no he sufrido ni caídas (bueno, cuando me despeñé andando empujando la bici por los Pirineos) ni lesiones de importancia. De hecho, algunas molestias tradicionales como en las lumbares lo han sido mucho menos.

Esto en cuanto a la bici. Corriendo la cosa ha sido un poco diferente, sobre todo por una lesión que llevo arrastrando desde comienzos de año y que no acabo de curar, por mucho reposo que haga. Una fascitis plantar, que cada vez que me quiero poner a correr más en serio se me reproduce. Así que no he llegado a rendir bien al correr y siempre he acabado siendo bastante conservador en cuanto a distancias y ritmo. Aún así, la mejoría de forma y bajada de peso que he conseguido gracias a la bici se ha debido de notar, porque de otro modo no hubiera alcanzado el buen tiempo con el que terminé la San Silvestre Vallecana este año.

lunes, 2 de enero de 2012

Para cerrar el 2011: Sorpresa en la San Silvestre Vallecana


Un año más, he vuelto a cerrar el año corriendo esta popular prueba por las calles de Madrid. De nuevo con dorsal y esta vez, con un resultado más que sorprendente dentro de mis limitaciones cuando se trata de usar mis piernas directamente como medio de locomoción.

Este otoño- invierno he corrido poco, muy poco. Desde octubre, hasta la semana pasada, tenía contabilizadas algo así como 6 salidas. Y además, con recorridos muy cortos (de 4 a 6 km). Vamos, ideal. La verdad que el nuevo juguetito de 2 ruedas, 20 marchas y 14 cm de suspensión ha tenido buena parte de culpa en ello.

Por lo tanto, preparación escasa. La semana previa, salí a correr un par de veces con resultados desastrosos, la primera acabé casi vomitando la cena de nochebuena y la segunda llevé un ritmo digno de un caracol reumático. Total, que tenía una motivación bastante escasa para ponerme las zapatillas de correr el día 31.


Lo único que pensaba es que gracias a la bici tenía un buen fondo, por lo que si no forzaba mucho el ritmo, aguantaría sin problemas, con la sana intención de intentar hacer menos de 1 hora, para de este modo, en 2012, poder salir separado de la “masa” y correr algo más a gusto.


Este año de nuevo me iba a tocar correr solo. Mi hermano pequeño, enzarzado en una maraña de lesiones que no le dejan en paz, correría con una amiga, pero saliendo con la gente de menos de 48 minutos, es decir, en la primera oleada. Y mi otro hermano, el mayor, correría este año sin dorsal y junto a su chica, saliendo de la parte de atrás con intenciones de acabar la carrera tranquilamente.

El día lo lleve con mucha relajación. Al ser sábado pude dormir bien. De comida un buen plato de pasta y a tirar para Santiago Bernabeu, donde se da la salida de la San Silvestre Vallecana desde hace años. Fui en coche y encontré mi primer problema: Estaba en el lado contrario a los cajones de salida y no había forma de pasar.

Tras dar unas cuantas vueltas, conseguí colarme junto con un par de corredores más que se habían quedado “al otro lado de la colina”. Busco mi acceso y me encuentro una auténtica manada humana bloqueada. Imagino que deberían estar intentando controlar las pulseras para los cajones de salida. Y tiene pinta que debía ser pocos, por lo que se creo la acumulación. Finalmente y haciendo uso de la “democracia de las masas” de toda la gente que andaba empujando, esos pobres vigilantes debieron ser arrollados. O se pone más gente o complicado controlar la entrada de los corredores en sus cajones en una prueba tan masiva…

Curiosamente, acabo por entrar en el de menos de 50 minutos (uno por delante del mío), no tengo muy claro por donde me metí ni nada similar. La verdad es que la entrada fue un tanto caótica y me sentí como una célula dentro del enorme cuerpo creado por el conjunto de corredores sansilvestrenses.

Música, saltitos varios y un calentamiento ligero amenizan la espera. El ambiente como siempre excelente. Aquí me doy cuenta que a la cinta del pulsómetro como es tradición, se le va la pinza. Y eso que es nueva, que coñazo de verdad, siempre me pasa lo mismo. Creo que la camiseta de compresión que llevaba no le debió sentar demasiado bien, lo delicados que son estos aparatos.