Buenas a todos,
Ha pasado ya un tiempo desde que se celebró el Soplao 2012, mi gran objetivo
ciclista de este año. Unos cuantos días en las que pensar y reflexionar todo lo
que pasó por allí, en un año donde se gano a pulso el título de infierno
cántabro con más razón que nunca. Pero bueno, vayamos por partes y empecemos
por el principio.
Los días previos
La semana pre-soplao, aparte de dos salidas suaves a soltar
piernas, la pasé fundamentalmente mirando al hombre del tiempo y comiendo pasta.
El mal tiempo se confirmaba o lo que era peor: según iban pasando las horas, la
cosa iba empeorando. Previsión de lluvia continua todo el día y con
temperaturas sobre los 10-11 grados. Eso traducido al idioma ciclista: un asco,
ya que la ropa acaba por calar en algún momento y en los puertos seguro que
habría 5-6 grados menos que en el valle.
Finalmente llega el viernes 18, día de la partida con mis
compañeros de viaje. En casa dejo un regalo para mi novia, por la paciencia que
ha tenido en estos 5 meses de preparación. Han sido muchas horas fuera de casa
y la verdad que casi nunca has dicho nada ¡¡¡Muchísimas gracias!!! Y en la
mochila llevo un arsenal de ropa, chaqueta de goretex, botas de
invierno…parecía que en vez de hacer una marcha a final de mayo me iba a preparar
la Trans Alp
en Diciembre