Pedals de Occitania: Etapa final y recapitulaciones

5ª Etapa: vuelta a Vielha

Todo tiene su fin, que decía la canción. Y en este caso, le llega a estos 5 días de aventura por los pirineos y la histórica Occitania, para volver al bullicio de la gran ciudad. Decidimos despertarnos pronto, porque hay que volver a Madrid y trabajar al día siguiente, desayunar ya vestidos de romanos y tras esto, directamente hacer los 22km que nos separan de Vielha. Un poco etapa de trámite, pero es que sino, haciendo la opción de 4 días, hubiéramos llegado demasiado tarde como para plantearnos el camino de vuelta a Madrid.

El desayuno bueno aunque bastante ligero, pero como hoy no vamos a hacer muchos kilómetros tampoco nos importa y no pedimos más a la gente del hotel. Así que nos ponemos en marcha sobre las 9 de la mañana, con fresquito, se nota que en el Valle de Arán el sol tarda en subir y que estamos pasando por un lugar bastante escarpado.

Hoy si que noto las piernas un tanto maderosas, el cansancio acumulado hace mella y además, la herida del día anterior me deja entumecida toda la espinilla. Si bien esto no me afecta para pedalear, las vibraciones de los baches molestan bastante. Aún así, estoy muy contento porque no tengo ni dolor de espalda, ni de rodilla, ni de culo (más allá de lo normal) ni de nada que no se pudiera esperar. Así que puedo rodar en esta etapa y “celebrar” mi cumpleaños de forma bastante relajada

La verdad es que la etapa tiene poca historia. Vamos siguiendo el GR 211, que a ratos se mete por la carretera, a veces por la margen izquierda del Garona y a veces a la derecha. En algunos momentos vamos en la carretera, aunque son tramos cortos, para unir tramos del camino / GR. En general llevamos una muy ligera pendiente ascendente, con poco porcentaje y que permite llevar un ritmo animadillo.

El camino es bueno, pistas en buen estado, caminos vecinales y tramos con asfalto viejo. Unos pocos puntos con algunas piedras y poco más. La verdad es que el final es bastante Light en comparación con las etapas que nos habíamos metido los días anteriores. Así que mantenemos una buena marcha, teniendo en cuenta el desgaste que llevamos, no paramos en ningún momento de la ruta y avanzamos con mucha velocidad, la verdad es que sorprende lo rápido que pasan los kilómetros.

En un par de puntos hay repechos un tanto duros, como en la subida a Es Bordes y sobre todo una subida final, antes de llegar a Vielha, que nos lleva a Vilac. Esta subida la verdad es que es un poco de regalo, ya que se puede ir perfectamente por el GR hasta allí. A mi hermano especialmente, que anda con las fuerzas un poco maltrechas, le sienta digamos que un poco mal y se dedica a acordarse de la familia de quien puso la subidita de marras justo antes de acabar.

Después de acabar este último repecho, bajamos por un camino/sendero hasta Vielha. El camino podría haber estado bien si no hubiera estado plagado de heces frescas de diferentes tipos de ganado. Así que llegamos al pueblo y directamente nos dirigimos a la oficina de la pedals, para formalizar el último sello, recoger nuestros maillots y explicarles nuestras “impresiones” un tanto críticas con respecto a los cambios en el recorrido. Habíamos recorrido los 22km en poco más de hora y media. A lo tonto, habíamos hecho unos 500 metros de desnivel, que curiosamente nos saben a bastante poco en comparación con las palizas que nos habíamos dado con anterioridad.

La escena que sigue es un poco surrealista: tras hacernos la foto final y saludar a Jan, uno de los catalanes que se quedó a dormir hasta el lunes, pasamos a la oficina. La secuencia es la siguiente:

- Chica Pedals: Hola ¿Qué tal todo?

- Nosotros: Bien

- Chica Pedals ¿Algún problema con los alojamientos?

- Nosotros: bien, todo sin problemas, pero bueno, no podemos decir lo mismo del libro de ruta y los mapas, con cambios sin avisar

- Chica Pedals: (…)

- Nosotros: vamos, que en una etapa el recorrido del mapa y el del roadbook se parecía como un huevo a una castaña

-  Chica pedals: Click click click (sonido del ratón) ¿De qué talla queréis el maillot?

Mi hermano mayor y yo nos miramos en plan: “¿Qué hacemos, la bañamos con el agua de nuestros bidones a ver si espabila o le metemos los dedos de su mano en los radios de las ruedas a ver que hace?” Finalmente, descartamos estas opciones tan violentas y nos vamos a duchar, cogemos nuestros maillots, nos compramos una camiseta y vamos a nuestro hotel de partida para coger el bocadillo que nos debían para el viaje de vuelta.

Ya poco más quedaba por allí. Con nuestras bicis ya en el coche y con un sol de justicia, nos quedan 7 horas de viaje por delante. A mi me da un magnifico dolor de cabeza a partir de Zaragoza, imagino que fruto del cansancio y tener que concentrarme en la conducción. Mi hermano duerme un rato y cuando deja de dormir, no hace más que lamentarse de tener que volver a la gran ciudad y a todas las rutinas asociadas a la misma…en fin, habrá que esperar para disfrutar de otra aventura similar.

Recapitulando

La verdad es que la situación un tanto esperpéntica en la oficina de la pedals y el tener que meternos del tirón 7 horas de coche nos dejaron con un sabor de boca un tanto extraño. No es hasta pasados unos días o en mi caso, hasta que me pongo a escribir todas las crónicas de esos 5 días por los pirineos, cuando puedo valorar en su justa medida la pedals de Occitania.

El recorrido es sencillamente impresionante. Tiene como se suele decir un poco de todo. Aunque en la primera etapa hay quizás demasiada carretera, el resto tiene una mezcla muy equilibrada de pistas, senderos, carreteras vecinales. Y además, todo ello aderezado por unos paisajes impresionantes. La verdad es que es difícil elegir uno, tanto las picos altos de las 1º, 2º y 4º etapa como la zona del valle del valle de Barousse al final de la 2ª o en la 3ª merecen la pena verse. Además, es bastante diverso y se pasa por zonas de muy diferentes arquitecturas, desde los típicos pueblos del Valle de Aran, pasando por la señorial Luchon, la medieval Saint Bertrand o todos los pueblecitos franceses de los valles.

El terreno es también variado, aunque hay que tener en cuenta que en las etapas del valle de Barousse, el terreno es barro arcilloso que se pega una barbaridad a la bicicleta. De hecho, no estaría mal que se avisara esto en el roadbook, porque en tiempo húmedo debe ser realmente impasable y no estaría mal que dieran una alternativa por carretera. Al principio hay mucho camino pedregoso de montaña, aderezado por senderos en bosques. Y en las etapas 3ª y 4ª, las subidas y bajadas por pseudo “Calzadas romanas” se hacen durillas.

Al final cada etapa tiene mucho que ofrecer:

- La primera las vistas de los glaciares pirenaicos y los excelentes senderos de bajada al principio y al final de la ruta, además de las vistas sobre el valle de Aran
-La segunda es sencillamente un etapón de puro MTB. Difícil elegir una parte, hay que disfrutarla enterita

-De la tercera, los senderos entre el col de Ares y Izaut l’Hotel son sencillamente impresionantes

-De la cuarta, las vistas al final de la subida a Mente y toda la bajada al valle de Arán

-Y la quinta, aunque corta, recorre todo el Valle de Arán que tampoco esta nada mal.

Vamos, que todo el recorrido es muy recomendable.

En cuanto al número de etapas, creo que con un nivel aceptable de forma (hacer rutas de montaña los fines de semanas, participar en marchas regularmente) se puede hacer perfectamente en 4 días. La opción de nuestros compañeros catalanes permitía disfrutar mucho del recorrido sin pegarse unas palizas sobrehumanas. De hecho, la última etapa, aunque larga, creo que se puede hacer bastante llevadera.

El recorrido sería Vielha-Luchon / Luchon – Saint Bertrand / Saint Bertrand – Aspet y finalmente Aspet – Vielha (o como nosotros, partiendo en dos esta última). Creo que así se consigue un recorrido bastante equilibrado entre etapas.

La opción en tres me parece también posible, aunque creo que allí se puede disfrutar bastante menos del recorrido y de la zona. La opción de dos se la dejaría a machacas consumados y la de uno…bueno, la de uno a quien le apetezca. Eso si, depende mucho de la climatología. El barro puede multiplicar el esfuerzo de forma exponencial dado el recorrido.

En cuanto a kilómetros y desnivel acumulado, es un poco más del que anuncian, por los cambios en la etapa 1 y 3. En total, salen como 6700 de desnivel en 230 Km (aquí descontamos pérdidas y vueltas que no estaban en el recorrido)

Comparando con la Pedales de León, la verdad es que son dos pruebas un tanto diferentes.

En las subidas, la Pedales de León exige bastante más. No hay nada equivalente al Panderueda (eso es una salvajada…) y tienes un buen número de subidas/muro de pendientes insufribles, que te minan completamente. Parecidas en Occitania son la del col du Lac, pero es por asfalto y las subidas de la etapa central, más por los pedruscos que por las pendientes. De este tipo, me vienen a la cabeza en León algo así como 9 o 10, todas por camino en diverso grado de conservación…Eso no quiere decir que te regalen las subidas en Occitania: tienes dos puertos interminables, con tramos de sendero y subidas en las que acabas por acumular mucho desnivel. Pero cogiendo un ritmo, se acaban pasando.

Sin embargo, los descensos en Occitania son claramente más duros, quitando el 1º día (que aún así te metes un buen par de senderos) no te regalan ni una sola bajada y muchas son bastante “destructivas”, con mucha piedra y senderos en los que no te puedes descuidar un segundo y que acaban por exigir mucho físicamente. En León, quitando la bajada – aventura de la puerta de Zalambral, el resto son por pistas, un poco brutas y con grava made in Picos de Europa pero con pocas dificultades técnicas más allá de las pendientes de bajada.

Aún así, globalmente, la pedales de León me parece más exigente físicamente. Igual que Occitania me la podría plantear hacerla en 3 días, León nunca pensaría en hacerla en menos de 4…y con interrogantes…

El tipo de terreno es claramente más divertido en Occitania, sobre todo por lo variado y por la tremenda cantidad de senderos que pasamos. En León, excepto en la zona del valle de Sajambre, tanto para entrar como para salir de él, y algunas zonas desperdigadas por el recorrido, estamos moviéndonos más por caminos en diverso grado de conservación. Eso si, por picos de Europa, asfalto más bien poco.

En cuanto a los paisajes, aquí es difícil elegir. Los pirineos y los valles boscosos de Francia son una maravilla, pero la verdad es que la belleza agreste de los picos de Europa o la zona del Valle de Sajambre son impresionantes. Aquí creo que hay un empate técnico.

Al final, lo que peor sabor de boca me dejó es la organización. La dejadez que nos trataron al acabar y explicar los problemas que había con el Roadbook me pareció que no era de recibo. No esperábamos mucho, simplemente una disculpa y preguntarnos que donde hemos encontrado los problemas y que para la próxima lo arreglarían. Eso hubiera sido suficiente. Ciertamente, la gestión de los alojamientos y todo el tema de reservas fueron perfectos, rápidos y eficientes. Pero esto lo acaba haciendo cualquier agencia de viajes. Para algo como la Pedals de Occitania, que no deja de ser un viaje / aventura y en el que si te falla la guía mal vamos, se necesita algo más.

No quería acabar con un párrafo negativo porque solo es una cosa la que no me ha gustado de estos 5 días. También imagino que poco tiene que ver una secretaria contratada por una empresa que una persona como Eduardo, alma y corazón de la Pedales de León, que se hace el recorrido varias veces al año para ir mejorándolo y que lo siente como parte suya. En cualquier caso, la pedals de Occitnia es una ruta 100% recomendable, con una mezcla excelente de recorridos divertidos, senderos, pistas, lugares para recuperar, por zonas preciosas tanto de alta montaña como de valles boscosos, con unas localidades que merece la pena visitar, buena comida, buena gente y con un ambiente ciclista envidiable. Desde aquí os animo sin duda a que la probéis, ¡estos viajes en bici enganchan!

Track 5ª Etapa: Les_Vielha