Cronica de un retorno: Ciclismo después de operar varices

A los que me conozcáis de diferentes foros o personalmente, os resultará extraña que aún no haya colgado ninguna crónica ciclista por esta página. De hecho, la parte “Deportiva” de este blog tenía como una de sus intenciones precisamente la de contar marchas, rutas y crónicas varias sobre una bicicletas. Sin embargo, en abril fui operado de varices (que ya tocaba) y claro, para dar pedales se necesitan piernas y estar 15 días con una vendada desde el tobillo hasta la ingle no es que sea lo más recomendable del mundo.

Un mes por casa, sin poder dar pedales, viendo mis dos máquinas esperando, tristes solas y abandonadas, cogiendo polvo…mi variz era de las hermosas, ni láser ni leches, había que extirparla con cirugía tradicional que implica una recuperación más larga. Bueno, todo sea por recuperarse bien y olvidarme de esa feísima y molesta Safena que desde luego poco voy a echar de menos.

Lago de la Casa de campo, hay que disfrutar de las vistas

Mi última semana de baja me dedique a prepararlas y engrasarlas. Mi XTC tenía aún buena parte de los restos del Rally de los Embalses. Mi Trance con recuerdos en forma de barro de los lluviosos marzo y abril asomando por su cuadro. Aceite, Brunox (3 en 1 versión Suiza), trapo y las trasmisiones como nuevas, listas para comerse kilómetros, todos los que pretendo hacer. Ya queda menos pensaba…

Mi última día de baja y llega la pregunta clave al médico ¿Cuándo puedo volver a dar pedales? La respuesta es la mejor que podían darme: Cuando quieras, vete en plan tranquilo y progresivamente, tienes que empezar a hacer vida normal. Ni que decir que eso fue lo que más endulzó el duro reencuentro con la vida laboral.

El pasado fin de semana llega el gran día. Después de mucho esperar, al fin puedo reencontrarme con el ciclismo. Tengo mis dudas, aunque mis molestias son mínimas, el movimiento del pedaleo es bastante diferente a los que he hecho en las últimas semanas, además de no tener todas conmigo dada la musculatura que he perdido en la pierna derecha.

Como no es cuestión de forzar, me planteo una cosa tranquilita, hora y media, por terreno llano, carriles bicis, rodar por el nuevo parque que están construyendo donde hace unos años rugía la M30. De momento los caminos y baches están vetados. También elijo mi doble como acompañante, cuanto más cómodo, mejor, aunque sea para rodar sobre asfalto.

Mi Trance,compañera en el retorno

Lo más curioso de todo es que me toca ponerme todo el equipo de invierno ¿Pero no es 14 de mayo? Menudo añito de frío que nos ha tocado, todavía no se cuando guardar todo mi arsenal de windstopper en el fondo del armario. Además, me hace gracia ver lo que ha encogido mi pierna derecha, que ahora va mucho más suelta en el culotte de invierno que la izquierda.

Aprovechando la tarde libre de los viernes, empiezo a dar pedales a media tarde. Un poquito de callejeo hasta llegar a la casa de campo. Aquí empiezo a rodar más en serio. Desarrollo suave, cadencia alta, no mucha fuerza en cada pedalada…mi pierna va, no me duele nada, no me molesta lo más mínimo ¿Puede ser? Bueno, dicen que para las varices va bien la bici…así que es.

Paso el metro de casa de campo, bajo dirección Batán por carretera y cojo un carril bici /camino que va en paralelo a la vía del Metro y que me lleva a Lago, son ya 6 kilómetros. “Pues no voy mal, la verdad que nada mal”…poco a poco lo que me empieza a crecer es una enorme sonrisa en mi cara. Llego a la puerta del Rey, siempre rodando por carretera y de allí al nuevo parque del Manzanares. Madre mía está hasta arriba, no hago más que pasar gente, así que el ritmo tiene que ser tranquilito, lo que no me deja de venir bien. Empiezo a ver personas con ropas raras. “Claro, si es San Isidro” con tanto tiempo metido en casa no me acordaba de las fiestas del Patrón de Madrid. Llego al Calderón y por aquí la cosa se acaba, el camino esta cerrado y hay que dar media Vuelta. Esperemos que pronto se termine esta parte y se pueda llegar hasta la zona de Villaverde para unir todo el sur de Madrid fácilmente en bicicleta.

En la vuelta, en vez de volver a la casa de Campo continúo bordeando el Manzanares, esta vez por calles con poco tráfico hasta llegar prácticamente al puente de los franceses. Por aquí hay una pasarela sobre la M30 que te lleva de nuevo a la casa de campo. La pierna sigue perfecta, bueno, no le gusta la dura rampa que tengo que tomar para cruzar por la pasarela sobre la M30, así que toca subir piñones.

Puente del anillo verde ciclista sobre carretera de Castilla

De vuelta por la casa de campo, me dirijo hacia el anillo verde ciclista, en el tramo que discurre paralelo al Manzanares. Esta parte, aunque de poca longitud (solo 3 Km) es una de mis preferidas y la que más se parece a una vía ciclista de verdad, sin ser atravesada por calles ni semáforos ni nada parecido. De esta manera, es de los pocos sitios de Madrid capital en los que solo podrás ver gente pedaleando.

No abuso del desarrollo pero aún así, consigo llevar por los llanos velocidades mantenidas entre 23 y 25 km /h. No es que sea una bala, pero desde luego no me esperaba que en mi primera salida post operación, fuera capaz de rodar de manera animada. Los pequeños repechos cuestan un poco más, pero aún así me encuentro genial.

Tras llegar cerca de la puerta de Hierro decido darme media vuelta. No es que estuviera cansado pero llevaba cerca de 18 km y era hora, por precaución de volver a casa. Así que media vuelta y sobre mis pasos, de nuevo la zona de las vías de tren de la casa de campo, el paseo de los plátanos, el lago, el zoo, la salida por casa de campo y en poco estoy en casa. Al final 29 km para mi primer reencuentro con mi bike.

Ni que decir tiene lo contento que me encontraba, más que nada por la falta de molestias (por no decir que estaba agustísimo). La mejor señal, que lo único que me dolía era mi desentrenado trasero. No pude resistirme a salir al día siguiente con mi hermano, que tenía una carrera el domingo y que iba a soltar piernas. Y no pude resistirme a irme el domingo de nuevo a rodar, esta vez más rato por el anillo verde ciclista donde vi el auténtico boom que esta viviendo la bicicleta en Madrid. Madre mía, eso parecía una autopista pero de ciclistas. Y no me pude resistir a empezar a moverme de nuevo por la ciudad con la bici. Y lo mejor de todo, es que no me puedo resistir a pensar que de nuevo este fin de semana podré dar pedales y disfrutar del ciclismo.

Carriles bici, ahora mi terreno

Me quedan unos meses de rodar y rodar, de hacer llano, de evitar caminos complicados. Como siempre, hay que tener objetivos y esos son empezar a rutear por la sierra en agosto y un par de marchas de MTB para después del verano. Mientras, a hacer algo que hacía años que no hacía, entrenar fondo, hacer kilómetros con el corazón relajado, ha darle horas y horas a los pedales para que cuando llegue el momento de exprimir mi cuerpo, tenga los fundamentos suficientes para responder como se merece. Esta semana a hacer un poco más, la otra otro poco más, en junio volver a catar los caminos de la casa de campo, en Julio hacerme alguna ruta suave…planes, planes, planes ¿Se nota que me gustan?

Con todo esto, no se me quita una cosa de la cabeza: Que bien está perder algo por un momento para darle el verdadero valor que tiene.

Saludos y buena ruta!