martes, 22 de mayo de 2012

Crónica del casi Soplao 2012


Buenas a todos,

Ha pasado ya un tiempo desde que se celebró el Soplao 2012, mi gran objetivo ciclista de este año. Unos cuantos días en las que pensar y reflexionar todo lo que pasó por allí, en un año donde se gano a pulso el título de infierno cántabro con más razón que nunca. Pero bueno, vayamos por partes y empecemos por el principio.

Los días previos

La semana pre-soplao, aparte de dos salidas suaves a soltar piernas, la pasé fundamentalmente mirando al hombre del tiempo y comiendo pasta. El mal tiempo se confirmaba o lo que era peor: según iban pasando las horas, la cosa iba empeorando. Previsión de lluvia continua todo el día y con temperaturas sobre los 10-11 grados. Eso traducido al idioma ciclista: un asco, ya que la ropa acaba por calar en algún momento y en los puertos seguro que habría 5-6 grados menos que en el valle.

 Record de participantes

Finalmente llega el viernes 18, día de la partida con mis compañeros de viaje. En casa dejo un regalo para mi novia, por la paciencia que ha tenido en estos 5 meses de preparación. Han sido muchas horas fuera de casa y la verdad que casi nunca has dicho nada ¡¡¡Muchísimas gracias!!! Y en la mochila llevo un arsenal de ropa, chaqueta de goretex, botas de invierno…parecía que en vez de hacer una marcha a final de mayo me iba a preparar la Trans Alp en Diciembre
 
Salimos desde Villalba y en el viaje vamos comentando lo que nos vamos a encontrar. Jimy tiene ya un soplao en sus piernas y va fino gracias a su entrenamiento de carretera. Jesús va como yo, de novato a ver que se encuentra pero muy bien preparado con sus salidas Iron Man serranas. En cualquier caso el ánimo no es malo del todo. Más bien lo contrario, nos vamos riendo todo el viaje. Al llegar a Cantabria el tiempo se oscurece y progresivamente empeora. A cada momento decimos que “firmábamos” ese tiempo…¡y cada vez íbamos firmando una mierda mayor!

Llegamos a Cabezón y nos desviamos al barrio de la virgen, donde teníamos nuestra casa. Aquí descubrimos que los 4km que hay a Cabezón son “made in Cantabria”, vamos que se subía un cuestorro y se bajaba otra vez. Una alegría sobre todo a la vuelta, pensando que llevaríamos unas “cuantas” horas de bici. 8 km y 200 metros de desnivel de propina.

 El perfil original, para estar unas horitas bajo la lluvia

La casa perfecta, descargamos y en poco nos vamos a Cabezón a comer algo y a recoger los dorsales. Por allí nos vamos encontrando con el resto de conocidos que iban a la prueba, el grupo de los machacas, con algunos personajes con la intención de hacerlo en menos de 8 horas. Casi nada. Algunos dicen que estarán a las 6 de la mañana para coger sitio en la salida. Supongo que a esa hora yo estaría soñando con los angelitos…

La tarde es relativamente apacible, gris, pero sin lluvia. Compramos algo para cenar y desayunar y aprovechamos para pasar el resto del tiempo por Comillas, haciendo un poco de turismo. Bonita zona para visitar, la verdad que Cantabria me encanta, su gente aún más y siempre que puedo me escapo para allá.

La noche de antes, vamos preparando todo. Mis compañeros crean unos guardabarros Ad-Hoc a base de botellas de lejía/agua vacías, que fueron la sensación durante la prueba. Lo más difícil, la decisión de la ropa. Para mí arriba no tenía secretos, térmica de compresión y chaqueta de goretex, con una térmica de reserva en una bolsa de plástico en la mochila. Abajo si que dude más. Finalmente me dejé el pantalón de invierno y opté por el corto con perneras. La verdad es que hubiera dado igual lo que llevase, pero de todas las opciones, creo que hice lo más adecuado.
La XTC preparada para un Soplao "húmedo" 

Así que dejamos todo preparado, comida, bebida, barritas nucleares, las máquinas y después de un atracón de pasta nos vamos a dormir, aunque antes estuvimos viendo un rato “Taxi driver“ enrollados en mantas escuchando la lluvia. Parecíamos más unos viejos en el asilo que unos duros bikers. La lluvia se mantuvo de forma persistente toda la noche, aunque yo no lo escuché ya que dormí plácidamente con mis tapones de los oídos.

Highway to Hell

Nos despertamos a las 7 de la mañana y sorprendentemente no llueve, estando el cielo gris, pero relativamente claro. Esto nos da ánimos y viendo que el viernes tampoco hubo lluvia persistente hasta el final de la tarde, ganas de dar pedales. Desayunamos rápido y a las 7:30 tiramos a cabezón. La temperatura no es mala, sobre 10 grados, eso si con mucha humedad de lo caído por la noche. Subimos la cuesta y bajamos para Cabezón de buen humor. En nada nos encontramos todo el gentío de la salida y nos convertimos en células ciclistas del enorme cuerpo sopladesco.

Nos metemos por donde nos va diciendo la organización y esperamos un rato. Dan las 8, se oye ruido a lo lejos y esa masa humana se comienza a mover. Curiosamente me encuentro con otro compañero de esto de los foros de Internet, FJEsteban, como encontrar una aguja en un pajar. A las 8:13 pasamos por el arco de salida al ritmo de “Highway to hell”…no sabíamos lo real que iba ser el título de esta mítica canción.

Continúa sin llover y el humor no es bueno, es mejor. Además no se que me habían dado en el desayuno, que llevaba una guasa encima tremenda y me reía de mi propia sombra. Sorprendentemente este estado me duró hasta el final, a pesar de las fatigas, penurias y calamidades de todo el recorrido.

Los primeros kilómetros son suaves, subidas cortas y con poca pendiente así que se pasan rápido. A pesar del chocolatillo en forma de barro líquido que hay, se rueda sin problemas, eso si, nos debemos poner perdidos. Así que llegamos a la zona de la ermita de San Antonio sin más novedad. Después un pequeño descenso que nos deja casi a nivel del mar, donde hay que tener cuidado ya que el grupo es grande y es fácil cometer un error y liarla. Por aquí ya empieza a caer lluvia fina, pero bueno, el tema es bastante llevadero y como decimos los 3 compañeros, esto lo habíamos “firmado” según íbamos de viaje en el coche.

Tras este descenso, llega la segunda mini-ascensión del día, a la ermita de San Esteban, de nuevo por terreno similar y que se hace sin problemas. Bueno, si que hay un problema, más o menos cuando estamos coronando empieza a llover de verdad. Y a partir de ese momento no iba a dejar de hacerlo en todo el camino.

En la bajada esta el primer avituallamiento donde paramos los 3 compañeros y yo aprovecho para perder mis gafas. No veía nada subiendo con el vaho así que las metí en mi chaqueta y no era capaz de encontrarlas. Aún así me lo tomo bien, en el fondo tienen la tira de años aunque eran un recuerdo de Alemania al que tenía cariño.

El avituallamiento bien parece una jauría humana. Entre la lluvia y el caos de corredores de arriba para abajo, aprovechamos para pillar un acuarios un plátano y ponernos rápido en marcha, que en nada llegábamos a Cocina y la subida a las cuevas del Soplao, el primer escollo serio del día.
 Una de las primeras bajadas del recorrido, aún medio seco

Poco a poco la lluvia va arreciando. De momento mi chaqueta y botas de invierno aguantan el chaparrón pero si no paraba tenía claro que en algún momento dirían “basta”. La bajada es corta y por caminos vecinales, sin la menor dificultad técnica, más allá que tener cuidado de no darse con ningún ciclista. Eso si, llueve con ganas y tengo ya los guantes que parecen una bayeta.

Llegando al pueblo de la Cocina tengo mi momento Friki del día adaptando la mítica canción de la Cobra Taka Taka, la cobra asesina, que pasa de salir de la Piscina a salir de la Cocina…lo dicho, tenía un humor que no era normal…Al salir del pueblo, nos encontramos con la temida subida a las Lastras. Temida por el tapón que se monta y donde literalmente estuvimos parados algunos minutos y temida por el barro arcilloso. A mi este cacho es de lo que se me hizo más pestoso del recorrido. Era imposible dar pedales y las ruedas de la bici se habían convertido en unos donuts asquerosos, al igual que la suela de las zapatillas. Lo único positivo, que al llover tanto, la arcilla resbalaba bien.

Después de penar por allí un buen rato y acumular una buena cantidad de barro, llega una pequeña zona de bajada donde la organización ha puesto un camión para limpiar las bicis y echar aceite a la cadena. La verdad que genial, tras este lavado, la bici queda en buen estado y podemos continuar la marcha. Por este tramo pierdo de vista a mis compañeros delante de mí, pero pienso que ya les podré coger en el próximo avituallamiento.

Viene un pequeño descenso por carretera y comenzamos a hacer la subida definitiva a las cuevas del Soplao, por una pista con zetas de características similares a los primeros kilómetros de la prueba: barro fino húmedo pero que no molesta demasiado a la hora de dar pedales. Aquí, en la primera subida a ritmo veo que voy genial de piernas y que pese al frío responden muy bien. No llevo mucho desarrollo, voy más a cadencia para no machacar los músculos y subo bastante cómodo a mi ritmo.

Según se va subiendo, sigue sin parar de llover y hacen acto de presencia la niebla y el aire. La temperatura baja un montón y como puedo comprobar el domingo en mi pulsómetro, andaba por los 7-8 grados. Menos mal que no lo miré, ya que me hubiera comido un poco la moral. El avituallamiento de las cuevas del Soplao parece la guerra. Encuentro a mis compañeros, que están pegados del frío y la humedad. Yo continúo más o menos seco gracias al trabajo del goretex de mi chaqueta y botas, que de momento seguían aguantando.

Pero no paraba de jarrear. Después de tomar otro acuarius, un plátano y una de mis barritas ND3 seguimos la marcha, ahora por el descenso más complejo de la prueba. Bueno, la verdad es que no es tan complicado. De hecho me lo pasé genial bajando esta parte y pasando gente. Aunque había agua, agarraba que daba gusto y como no se cogía mucha velocidad, tampoco te quedabas excesivamente frío. Mis compañeros, que bajan como unos locos, desaparecieron de mi vista y no fue hasta el tramo de carretera que comienza en Celis cuando nos pudimos reagrupar.

Ni Goretex ni Ostiax

Aquí si que nos cayó la del pulpo en forma de agua…que manera de llover. En campo al menos la tierra chupa algo, pero en la carretera se monta una película que hace que te mojes por todas las partes de tu cuerpo. Mis botas de goretex empezaron a fallar al igual que las mangas de la chaqueta, que estaban literalmente empapadas.

Así que este tramo, en teoría de recuperación, acabó por ser un suplicio. Aún así, el humor seguía siendo bueno y las piernas funcionaban. Hubo unos cuantos kilómetros así hasta que llegamos a cruzar el río Quivierda y empezamos a hacer tramos en algo más de subida, otra vez por caminos vecinales.
Aquí definitivamente murió el Goretex 

En poco, continuando bajo una tremenda lluvia, empezamos la corta pero intensa subida al monte Aa. La principio es relativamente suave pero luego te encuentras con unas rampas de cemento rayado con un porcentaje de más del 20%. Tal y como tenía previsto, estas rampas las paso empujando la bici, tenía mucho más que perder que ganar, así que toca echar pie a tierra. Por aquí me encuentro de nuevo con FJEsteban, que había dejado en los descensos anteriores y que me acompaña el resto de la subida, a buen ritmo. El camino es como de grava que no tiene el mayor problema para chupar la lluvia y además mis piernas siguen respondiendo genial. Curiosamente  encuentro mis gafas en un recoveco de la chaqueta, ni idea de cómo habrían llegado allí.

Coronamos el monte Aa y empezamos a descender para en poco tiempo llegar al 3º avituallamiento del día, a las faldas del Moral. En la cima hace mucho frío (5 grados vistos a posteriori y eso que mi pulsómetro tiende a ser optimista) y el ir completamente mojado no es que ayude precisamente. Así que bajo medio tiritando. Pese a esto sigo con la cabeza en su sitio y con ganas de dar pedales. Bajo rápido, la pista no tiene la menor dificultad, paso a mucha gente y descuelgo a mi compañero. Las manos, pese a estar completamente empapadas, siguen funcionando bien. Acabar el descenso y andar por una zona de falsos llanos, es toda una bendición para poder entrar en calor.

Por esta zona voy rodando rápido, en cuanto entro en calor las piernas siguen respondiendo perfectamente. En poco llego al avituallamiento de Uceda. FJ va cerca de mí y nos quedamos a comer. También encuentro a mis otros dos compañeros, Jesús y Jimy, pelados de frío. La zona es un pantano de barro tremendo, con gente tanto de la prueba de MTB como de la ruta a pie, Marathon, combinada…pero bueno, ya da igual, tengo los pies calados, la chaqueta igual y me empieza a dar todo un poco lo mismo.

En ese momento paró de llover. Comemos a toda leche un plátano, una barrita, aprovecho para evacuar aguas (yo creo que cosa del frío) y salimos Jesús y Jimy rápidamente, porque no estábamos quedando helados del todo.

Nada más salir, empezamos la subida al Moral, la primera de las dos “grandes” de la jornada. La falta de lluvia da lugar a algo de esperanza. Parece que abre el día, el cielo es gris un poco más claro. Piensas y te dices: si se me seca un poco la ropa la cosa estará más fácil…crece la esperanza. El cuerpo sigue respondiendo bien, como hace mucho tiempo a pesar de llevar ya casi 70 km en las piernas y cerca de 2000 de desnivel bajo unas condiciones climatológicas terribles. Cojo un buen ritmo, con el pulso en su sitio…me encuentro bien.

Pero pronto empieza a llover otra vez, la niebla nos va cubriendo, el aire nos azota. Al menos al subir no te quedas frío…del todo. También vemos muchísima gente que baja. No parecían de los primeros, que nos los deberíamos haber cruzado hacía un rato, ya que llevábamos más de 6 horas de marcha. ¿Quiénes eran? ¿De la combinada? ¿Una retirada masiva?

Tampoco pensamos mucho en eso, simplemente dar pedales, llevar un ritmo. En el fondo no pienso en nada o como mucho en positivo. Cuando pasé las lastras me decía: ya no hay barro chungo. Cuando pase el Aa me decía: ya no hay rampas inhumanas. Y pasando el moral me decía “ya estoy superando las rampas mantenidas más duras de la prueba”. Y me iba bien.

Pese a no forzar casi nada paso a bastante gente y no me pasa casi nadie. Con Jimy, un tanto acalambrado, llevo un yo te paso, tu me pasas toda la subida. Que no está mal porque físicamente es bastante superior a mí. Jesús también sube mejor que yo, pero debe pararse para ponerse el impermeable y queda algo atrás. FJEsteban, algo más retrasado en el avituallamiento y un motor subiendo no aparece. Así que debo ir bien.

Llegando a la cima si que nos cruzamos con los primeros bajando. Nos pasan cuatro tiros bajando dirección Cabezón. El final engaña, porque parece que vas a bajar y en realidad, subes un poco, ya en la barrera de los 1000 metros de altura, con una niebla y un frío terribles, algo atemperados por el calor que genera tu cuerpo al subir.

The end

Finalmente llegamos a la cima, un reloj marca 7 horas justas. Y nos dan la noticia: LA PRUEBA SE SUSPENDE, en la zona de Cruz de Fuentes-Ozcaba debe hacer un frío terrorífico, una situación complicada de verdad. Nos dan la opción, darnos la vuelta y bajar a cabezón o bajar por la otra vertiente y seguir 20 km de carretera hasta la meta.

Así se nos quedó el perfil al fina

Decidimos lo segundo, así que en cuanto llega Jesús nos ponemos a bajar, con un frío terrible. La temperatura está sobre los 5 grados y empapados como estábamos, se pasa fatal. Yo voy tiritando toda la bajada, con calambres en las manos. Sorprendentemente no pierdo el buen humor y cuando veo el guardabarros ad-hoc de Jimy tirado en una cuneta, literalmente me parto de risa. La risa es buena y acaba con mis espasmos de frío un rato…pero no dura mucho, ya que el descenso son unos 10km y da tiempo para literalmente morir de frío.

Lo que son las cabezas. La misma que estaba dispuesta a comerse los 16 kilómetros de ascensión a Fuentes como si nada, escucha que suspenden la prueba y lo único que piensa es en llegar a Cabezón lo antes posible. En el avituallamiento de Bárcena Mayor nos confirman que estamos cortados, la marcha está suspendida y que volvamos a Cabezón por carretera. Estamos muertos de frío e intentamos comer algo. Yo no puedo ni abrir la lata de acuarius y una niña de la organización lo hace por mí. Estoy literalmente helado, tiritando, castañeando los dientes…Una voluntaria ofrece licor para “calentarse”. Yo no me atrevo a probarlo, lo que me faltaba era que el estómago se me diera la vuelta. Jimy si que le pega un tiento y dice que le sienta muy bien. A lo ruso…

Parece mentira, pero estoy deseando dar pedales para que se me pase ese frío del cuerpo y esa tiritona que me estaba dando. Curiosamente, en ese momento no llueve, pero es ponernos a pedalear y volver a jarrear de nuevo. Ya da igual, estamos calados hasta los huesos y la única diferencia es estar o no parado. Dando pedales al menos generamos calor y podemos “vivir”.

Las piernas siguen funcionando bien. No deja de darme rabia, tenían el Soplao más que de sobra. Todo el tramo de carretera, un falso llano favorable lo hago metiendo el plato. Por aquí hay poca historia, no hablamos mucho entre nosotros, simplemente queremos llegar a la meta de una vez. El nuevo jarreo en carretera nos empapa aún más si cabe tanto a nosotros y al rosario de corredores que se dirigen hacia Cabezón. Jimy sufre un poco con sus calambres provocados por el frío, pero aguanta. Y bueno, mis manos iban al límite, para subir piñones tenía que dar con la palma de la mano porque el dedo gordo ya no tenía fuerza.

Llegamos a Cabezón y pasamos por meta. Al final nos sale un “Soplao” de 115 Km y 2.600 de desnivel. Nos dirigimos rápidamente a meta a ver si comemos algo. La sorpresa es que en la carpa, no hay absolutamente nada de calefacción y la comida consiste en una ensalada de pasta…ya podrían haber dado algo caliente ¿no?. La escena comiendo es bastante cómica. Pese a todo sigo sin perder el buen humor, me empiezo a partir de risa ya que con el tembleque que tengo por el frío parezco el mismísimo Mohamed Alí con su parkinson. En fin, al mal tiempo buena cara. Además, pruebo un bollo trampa, parecía un rico presente rodeado de chocolate, pero al morderlo se convierte en una especie de polvorón seco intragable que escupo como cuando un gato se atraganta.
 Nuestras caras tras acabar: al mal tiempo buena cara!

Dadas las condiciones y el frío que teníamos, decidimos movernos rápido e irnos a la casa lo antes posible. De nuevo, lo que mejor sienta es el repecho de subida, que nos hace entrar un poco en calor. Y la parte de bajada, pues bueno, como era cortita no nos da tiempo a enfriarnos. Ni que decir tiene que aquí tampoco paraba de llover, ¡no faltaba más!

Entrar en la casa fue como tocar el cielo: estaba caliente y la diferencia de temperatura nos supo a gloria. Al menos allí no tiritábamos. Nos quitamos la mierda más gorda (Camel / guantes / zapatillas / chaqueta) y tiramos al piso de arriba, donde el radiador hace que esa zona sea literalmente la gloria. Poco después ducha, ropa calentita seca y fue algo así como volver a nacer.

Por cierto, como veis en la crónica no digo nada de problemas mecánicos. La XTC se comportó como una campeona y no me dio el menor problema. De 10, que buena bici de verdad. Y de 10 el público y los voluntarios. Hacía un frío terrible pero su calor permitía que se pasara un poco mejor. Lástima que la organización no previera el tema de las bebidas calientes.

 Así de mojaditos llegaron mis pies

Las siguientes horas fueron de mucho teléfono. Llamando a la novia explicando la batalla, intentando localizar al resto de compañeros. Me asuste un poco cuando llamé a uno y cogió el teléfono otro…pero bueno, falsa alarma, al final la parte machaca fue capaz de hacer el recorrido completo y lo único que hubo que lamentar fue un polar roto por una caída y una corta visita de uno de ellos a una ambulancia tras tener que reparar una rueda y quedarse frío. Lo dicho, el día no estaba para tonterías.

Por la tarde, quedamos con todos los demás y nos acercamos de nuevo a la carpa de meta. Aquí el escenario era dantesco. Estaba llegando la gente que si había pasado el recorrido completo, haciéndolo en unas 12-13 horas. Tremendo, parecía “the walking Death” versión ciclista. Caras azules, tiritonas incontrolables, frío…teníamos a dos chicos delante nuestro que eran incapaces de atinar con el plato de pasta y tenedor en la boca, como nosotros 4 horas antes, pero a lo bestia. Les ofrezco mi chaqueta del dolor de corazón que me dan. Me lo agradecen pero me dicen que de lo mojados que están, mejor que no. Menos mal que al rato vienen unos compañeros de equipo (supongo) con una manta y ya se les ve mejor.

En la reunión con los colegas, nos cuentan las batallas. Que fueron muchas y que tuvieron un enemigo común: la lucha contra la lluvia y el frío. Gente que tenía previsto hacer la prueba en 8 horas y que la acaba casi en 10, que sufrió caídas porque tenía las manos acalambradas del frío o que estuvo al borde de la hipotermia al parar a hacer una reparación. Historias para no dormir. Para mi la mención especial a Juanma, que con poco entrenamiento fue capaz de terminarla completa y por debajo de las 11 horas. Tremendo de verdad.

Finalmente, quedamos para cenar algo más “serio” en un restaurante. Y allí estuvimos un buen rato contando batallitas. De maestro de ceremonias teníamos a Luis (peguero por estos mundos de Internet) un ilustre veterano que tiene historias para rato. Me pregunto si habrá alguna montaña de la península que no haya catado.

Ya quedaba poco que hacer por allí. Caemos en la cama como troncos, a pesar de haber cenado una barbaridad. A la mañana siguiente recogemos, limpiamos un poco las bicis aprovechando que no llueve y tiramos para Madrid. El viaje, como no, con lluvia en toda la zona cántabra. Parece que el tiempo quería decirnos: toma infierno hasta que os vayáis de aquí. Y al llegar a casa, el cariño de mi novia, que hasta me tenía preparada la comida nada más llegar. ¡¡¡Muchas gracias otra vez por toda tu paciencia en estos meses!!!

Así acabo la pobre, que bien se portó 

Epílogo:

El lunes tenía el día libre. Lo había pensado desde hace tiempo, me daba miedo llegar totalmente fundido al trabajo y estar como un zombie. Y también aprovechar para hacer el “desfile de la victoria” con mi camiseta del Soplao dando un paseo en bici por mi zona.

Finalmente no estaba tan fundido, así que salí a dar una buena vuelta con la bici. Sorprendentemente, la gente no me hacía reverencias, ni me aplaudía ni me felicitaba por haber salido vivo del infierno cántabro. Mis últimas esperanzas se esfumaron al pasar por al lado del polideportivo de Sanse, con gente dedicada al deporte. Pues nada, como si vieran a un ciclista normal y corriente, hasta casi me atropella un banduendo. ¿Pero es que no reconocen a un superviviente del Soplao 2012? Ahora entiendo a John Rambo cuando volvió de Vietnam. Y me huele que mi jefe seguirá de uñas en la oficina porque no hemos vendido una mierda en lo que va de año. Tanto esfuerzo para seguir igual.

Ironías aparte, tenía claro que este era “Mi Soplao”. Quiero decir, que era un poco ahora o nunca. Y no solo por falta de tiempo o por prioridades, sino también por ganas. Dejando de lado el tema del frío/lluvia, me encontré muy bien, estaba preparado de sobra. Pero el coste de toda la preparación me parece demasiado alto como para repetirlo, al menos de momento. Además dedicar 5 meses a entrenar y si te sale el día así, te vas a casa casi seguro, como para pensártelo.

Mucho tendría que cambiar mi vida como para plantearme otro invierno/ primavera dedicado solo a montar en bici (de forma aburrida) y trabajar. Tengo demasiados hobbies que me encanta disfrutar y que me los he tenido que quitar este año. Otra cosa es que pusieran la prueba en Septiembre, que suele ser un mes de climatología benigna en el norte y además, después del verano donde cojo forma casi sin quererlo. Lo mismo así si que me lo pensaría.

Particularmente estoy contento con mi rendimiento. Tenía piernas de sobra para terminar en condiciones normales o medio malas. Pero los elementos también cuentan, no hay otra. Agradezco muchísimo que me cortaran. Aunque mis “bielas” iban perfectas, me había dado cuenta que físicamente hacía ya mucho que se había pasado la barrera de lo razonable y que sin darme cuenta, seguro que había pasado ya la barrera de lo peligroso físicamente, como demostraban mis continuas tiritonas o las manos totalmente acalambradas. Pero metido en el tema, no acabas de darte cuenta, solo piensas en continuar, en dar pedales, en llegar al final. De haber seguido, seguro que la barrera hubiera pasado a ser de lo físicamente muy peligroso.

Llegué hasta donde pude y me permitieron y luché como un jabato. Si me dicen antes de salir que iba a estar más de 8 horas bajo el frío y la lluvia y acabando una ruta que si bien no era el soplao, no dejaron de ser 115km y 2.600 metros de desnivel, seguro que no me lo creo.

Al parecer, a los que hicimos esta versión, si que nos cuenta la prueba como terminado aunque sin puesto. La verdad que me da un poco igual, tengo claro lo que hice y lo que me esforcé y que lo ponga en un papel no hace que me vaya a sentir mejor o peor. Más tremendo es el tema de los que terminaron todo. De 4.600 pudieron acabar unos 1.000 y luego estamos otros 1.600 aproximadamente que nos desviaron, o volviendo a subir al moral (curiosamente a estos les cuenta el puesto) o los que fuimos por carretera a Cabezón.

Lo mejor de todo el fin de semana fueron mis compañeros. La verdad que poco más se puede pedir, lo pasamos genial, pusimos al mal tiempo buena cara y si hubiéramos sido capaces de terminar del todo, la razón estaría en que 1+1+1 era bastante más de 3. ¡Con vosotros al fin del mundo!

Después de todo esto, surge la pregunta: ¿Tiene mucho sentido? Pues no lo se la verdad, hoy no soy una persona diferente ni creo que cambie mi vida, independientemente de haber cumplido mi objetivo o no. No alcancé mi límite de rendimiento y tampoco me importa. El día podía haber acabado mal y por suerte no lo hizo. Lo dicho, estoy contento y esperando volver a disfrutar de la bici sin presiones de entrenamientos, kilometradas interminables y similares. Aunque bueno, el verano será más viajero que deportivo, ¡que hay muchísimas ganas!

24 comentarios:

  1. Bravo Rubén!! He disfrutado un montón leyendo la crónica, se la reenvío a la familia para que sepa en que lios me meto.. o mejor no lo hago?? uhmmm..

    Abrazos!!

    Fdo.: Uno de los locos que te acompañó; pero el que tiene clase (Giant)no el otro... jajaja

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    1. jajaja, yo no se si mandársela a la familia o no, porque vaya tela. Pero a pesar de todo lo pasamos bien la verdad. Hasta cuando se me caía la pasta de la tiritona en la carpa de llegada me estaba partiendo de risa!
      Bueno, ahora toca sacar a pasear la prima joven de tu Giant, que toca disfrutar de la bici!

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    2. Una crónica fantástica Bruna!! Ha sido un placer para mi, haber sufrido este Soplao 2012 junto a dos grandes personas (aunque os gusten las Giant jajajaja)

      Fdo.: El cuerdo del grupo jajajaja

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    3. jajajaja
      La verdad que si, que eras el más cuerdo del trío calavera, a pesar de llevar una bici de la S de esas que atraen la lluvia jajajaj

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  2. Buenas. Bruna eres un crack escribiendo cronicas.
    Me encanta leerlas, son de las que hacen aficion.
    También decirte que hiciste bien en no beber alcohol, ya que este ayuda a agudizar la hipotermia, es una de las cosas que se repiten mucho en los cursos de supervivencia, otra cosa es lo que le parezca al que lo bebe jajajaa.
    Saludos y sos un crack.

    Taba.

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    1. Muchas gracias por pasarte Taba. Ahora te debo una cervecita jajaja
      Pues mira, no sabía eso del alcohol, pero para la próxima lo tengo claro. Lo que faltó es un caldito caliente o algo así, seguro que hubiera hecho entrar mis manos en calor y quitar algo el maldito frío del cuerpo!
      Saludos

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  3. Pedazo de crónica.
    Me ha gustado mucho

    Solo te diré una cosa, yo creo que repites... ;)
    Yo dije lo mismo la primera vez, y este año era el 3º.

    Un saludo desde foromtb!

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    1. Muchas gracias por pasarte Theo,

      Uf, no tengo claro lo de repetir, me ha costado mucho prepararla y en invierno me da muchísima pereza entrenar lo necesario para hacer el Soplao. Otra cosa es que les de por cambiarlas de fechas a después del verano o algo así.
      Pero bueno, nunca digas nunca jamas jajajajja

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  4. Hola socio. Acabo de llegar del curro, son las 7.30 de la mañana y vengo matao de sueño, pero no podia irme a dormir sin leer tu cronica. Genial, sin mas, y como ya te he dicho por otros lares ciberneticos, a pesar de todo, me dais envidia!! Si, los que lo hemos sufrido y disfrutado(con mejor o peor tiempo) sabemos lo que es aquello, y al leerte, estoy pensando ya que el 2013 vuelvo para allá.
    P.d. seria un placer acompañarte
    Edumozon

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    1. Joer, si no te has dado con la cabeza en el teclado, es todo un logro jajaja

      Pues no se, la verdad que no lo tengo claro lo de participar de nuevo a corto plazo. Pero vamos, que tenemos que organizar alguna buena por Madrid este veranito no?

      Nos vemos!

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  5. AUPA BRUNA!! que grande, que buenisima cronica un placer leerte, meda pena no haber podido estar alli con vosotros aunque parezca una locura que lo es, estas locuras son las que hacen que valga la pena
    a ver si pasados los entrenos tediosos pronto retomanos las salidas disfrutonas y te vemos por la sierra
    un abrazo y enhorabuena por el sopao que ya es tuyo

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    1. Locura pero total!
      Joer, ya te digo, que ganas de hacer alguna rutilla corta y senderil de estas de la sierra! Me debéis una por la Sierra de Hoyo, se lo comenté a estos en Cabezón, que la tengo al lado de casa y para mi es territorio inexplorado
      Lo único malo que ahora ando al 100% con la boda y luego me voy a tirar todo Julio en plan willy fog jajaja. Pero vamos, hay más días que longanizas y hay ganas de una buena ruta con las garrapatas
      Un abrazo!

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  6. Buenísima crónica Bruna! Enhorabuena a los tres.
    Sobre lo de volver o no volver, si compensa o no... te diré una cosa: Yo fui el año pasado teniendo trabajo, máster los findes y mi novia en valencia. Lógicamente no me lo pude preparar como me habría gustado, seguramente nunca se me den las condiciones para acabarlo en 10 horas. No podré sacarme un plan de entrenamiento a 3 meses vista que empiece con salidas eternas de fondo, habrá que exprimir el poco tiempo que se tenga. Creo que siempre podremos ir en condiciones para acabar, a nuestro ritmo y en el tiempo que haga falta, pero suficiente para vivir el Soplao.

    Un abrazo,

    Nacho

    P.D: a ver si organizamos algo por la CdC o El Pardo pronto!

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    1. No se, a mi me gusta prepararme las cosas bien y los entrenamientos me cunden poco, no soy como Juanma u otros personajes de su calaña.
      Con todo lo que entrené me daba para hacerlo en 13 horas largas, así que imagínate si no entreno...

      Y para estar 16 horas penando con la bici, tengo claro que no voy una movida como esta. No me va a aportar mucho a mi vida el ser un "finisher" o lo que ponga en un determinado papel.

      Tampoco me aportará mucho a nivel ciclista. Lo dicho, el ambiente ya lo he visto, pero he disfrutado bastante más en otras cosas que he ido haciendo, como viajes por picos de Europa / Pirineos. Además de que el tema de las marchas cada vez me va atrayendo menos, me estaré haciendo mayor y me estará cambiando el paladar ciclista jajajaj

      Pues si, por el Pardo cuando quieras, que lo tengo cerca de casa y me lo tengo que ir aprendiendo mejor jejeje

      Saludos,

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  7. Escelente cronica Bruna!!!!

    Un placer leerte, volveras, lo se!!!!



    Un saludo de El Pirata

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    1. Pirata, si lo dice alguien como tú, tendré que hacerte caso ;-)
      Un saludo!

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  8. Que buena Bruna!!! la verdad es que me ha encantado y entretenido muchísimo tu crónica, de hecho como si en cierta parte la viviera desde aquí, con esos detalles de cómo describes el frío y las penalidades.

    Me alegro que mantuvierais el buen humor hasta el final, disfrutando de la bici!!

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    1. Es que ya tengo que estar fastidiado para perder las sonrisa jejeje.
      Joer, ahora lo pienso y no me explico como aguantamos tanto bajo la lluvia. Ya me conoces lo mal que me va el líquido elemento.
      La verdad que me acordé de algunas de nuestras rutas míticas, como esa en la que nos cayó encima una nevada tremenda en la Fuenfría el 1 de Mayo y llegamos empapados perdidos a segovia y otra en Montejo, que también en primavera, se puso a hacer un frío tremendo y casi fallecemos Carmen y yo mientras que os esperábamos a Concha y a ti!

      Seguro que eso me ayudo a aguantar más jajajaaj

      Un abrazo!

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  9. Buenas Bruna!
    Crónica espectacular, se me ponen los pelos como Scorpions sólo de recordar aquel infierno cantabro. (que no se porqué le llaman infierno si no hace ni pizca de calor!!!!)

    La verdad es que la organización creo que hizo lo correcto anulando la prueba. Se hubiera echado la noche encima de los últimos y no estaba el tema para dejar tirado a nadie.Yo pasé por el moral dos horas antes de vosotros y ni tuvimos problemas para continuar, pero por Cruz de Fuentes y la parte de Ozcaba estaba para indescriptible por el frío, lluvia y barro que hacía. Sólo comentarte que la gente del AV de Ozcaba ayudaba a bajarte de la bici o te traia a la bici lo que quisieras para que no tuvieras que bajarte.

    Al final preferías subir que bajar por barro y sin ver nada de nada...

    De todas formas, no se que tiene, que ya estoy pensando en volver el año que viene independientemente del tiempo que haga.

    A ver si quedamos y disfrutamos un día de la sierra madrileña en plan relax!!!!

    Un abrazo y enhorabuena!!!

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    1. Bueno Juanma, que sepas así de primeras que eres mi héroe, nunca me dejas de sorprender! Y en este soplao más aún, porque por mucho deporte que hagas, tu relación rendimiento / entrenamiento de bici es brutal! Como te diera un día por tomártelo en serio íbamos a alucinar jajaja

      Si, eso lo comentaba con Jimmy y Jesús a la vuelta, menos mal que nos pararon, porque sino a sabar que nos habría pasado. En el descenso del Moral ya pasamos mucho frío y en la zona entre Fuentes y Ozcava, el tema debía ser ya brutal. Nosotros íbamos para hacerlo en unas 13h en total...la caída de la tarde-noche por allí podría haber sido tremenda.

      La verdad que ahora da gusto coger la bici jejeje. A ver si quedamos algún día a hacer alguna serrana, aunque hasta Agosto ando liadísimo. Pero bueno, el verano es largo!

      Y volver a Cabezón...pues ahora mismo lo veo complicado. Siempre me hechó para atrás el tema de la fecha del Soplao, incluso antes cuando andaba mal con la bici, porque por temas de curro en invierno/ primavera tengo poco tiempo para entrenar una cosa así. Y este año hice mucho esfuerzo para ir medio preparado...no se, me lo tendría que pensar mucho, pero a corto y medio plazo no lo veo!

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  10. muy buena cronica!saludos de otro que termino el soplao pasandolas canutas!estuve cerca de mi objetivo pero no pudo ser(bajar de las 9horas)9:15

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    1. Pues marcarse ese tiempo dadas las condiciones, menuda forma!
      Seguro que el año que viene lo consigues!
      Un saludo y gracias por comentar!

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  11. Me ha encantado leer tu cronica. Quiero empezar a preparar la del 2014 y buscando info encontré tu blog. Lo primero enhorabuena por ese reto personal del cual seguro te acordaras siempre...y lo segundo, gracias por compartirlo...al menos a mi me ha servido de inspiracion. Un Saludo

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    1. Pues nada, me alegro de que te guste! Así que nada, ahora a entrenar! de todas formas, la parte "gorda" se hace a partir de navidades, así que no hay que pasarse mucho con el turrón y a hacer mucho fondo jejeje
      Un saludo y suerte!

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Hola,
En cuanto podamos leemos tu mensaje y lo publicamos en el blog
Saludos,