miércoles, 4 de agosto de 2010

La pista horizontal de Somosierra: Ruta y crónica

Hola de nuevo,

Hace tiempo que no hago rutas dignas de mención como para ser puestas en el blog, pero hace dos semanas, hice una a la que tenía ganas y que creo que si tiene interés publicarla por aquí: La pista horizontal de Somosierra ida y vuelta, ruta completa. Aunque no tiene mucho desnivel, desde luego es un pequeño reto al menos en lo físico: un total de 96km todos ellos a gran altitud, que recorren la sierra de Guadarrama norte por su vertiente madrileña desde Somosierra hasta el puerto de Navafría. Aparte de la longitud de la ruta, tenía mis dudas sobre el terreno, que aunque era “pista”, por algunos de sus tramos debería ser bastante pedregosa y rota, tal y como puede leer en el blog del amigo Pablobike…su punto final de “acabo siendo más duro que el Soplao” tampoco es que me tranquilizara mucho.

La ruta la iba a hacer solo. Estaba de vacaciones y quería aprovechar entresemana para hacerla. Así que estuve recopilando información sobre la misma, puntos conflictivos (no tengo GPS y las rutas las hago a golpe de mapa) etc durante los días anteriores. Finalmente decido hacerla de Somosierra hasta Navafría y vuelta, más que nada por hacer la mayor parte de subida cuando estuviese más fresco. Como llevo un verano un tanto tonto en cuanto a averías estúpidas en mis bicis, al final me tengo que llevar mi rígida. Dado que espero un terreno pedregoso, la verdad es que no me acaba de hacer gracia, pero bueno, peor sería no hacer la ruta ¿no? Y para acabar, siempre que salgo solo le escribo a mi chica la ruta que voy haciendo y que le iría mandando mensajes según fuera alcanzando diferentes puntos.


Como tengo todo el día y no se prevé mucho calor por la zona, no madrugo mucho. Llego al puerto de Somosierra sin más novedad y me dispongo a comenzar la ruta sobre las 10:30. A mi espalda el Camelbak hasta arriba de agua (aunque hay fuentes por el camino, parece que son usadas por el ganado que hay en la zona así que no es recomendable coger agua de las mismas) y de comida, ya que espero estar cerca de 6 horas pedaleando, así que hay que llevar combustible de repuesto.

En la misma cima del puerto de Somosierra, hay que comenzar justo en una pista que parte de la ermita de Somosierra y el restaurante “el puerto”, como dirigiéndonos al oeste. Subimos un poco y llegamos a un punto que puede dar lugar a dudas, ya que se cruzan diferentes caminos. La forma más fácil de guiarse es dirigirse al helipuerto que hay por allí y tomar la pista que lo bordea por la derecha, rozando el mismo helipuerto. A partir de aquí y en los próximos 20km todo es fácil no hay que desviarse nunca de la pista principal.

En estos primeros metros me lio un poco pero rápido cojo la pista del helipuerto y me guío sin problemas. De todas formas, de vez en cuando hago paradas para consultar el mapa, no fuese que me hubiese metido en un camino no correcto.

Los primeros kilómetros tienen una pendiente muy suave y se hacen cómodamente. No voy demasiado rápido, ya que prefiero guardar fuerzas ante la kilometrada que me espera. Algo que me alegra es que la pista está en mejores condiciones de las que esperaba y se rueda sin ninguna dificultad.

Toda esta parte transcurre sin mayor novedad, algunas miradas al mapa para confirmar el camino, regatear algunos charcos bastante profundos, atravesar algún bosque. Otra cosa que me sorprende es esa, esperaba pedalear entre espesos bosques pero en estos primeros kilómetros la verdad es que el terreno está bastante despejado.

A partir del kilómetro 7 la pista tiene algo más de desnivel, aunque tampoco mucho, digamos que se mantiene en aproximadamente un 2-3% que permite rodar sin mucho problema, pese a que el ritmo no es rápido. Además, sigue estando en buenas condiciones, por lo que se avanza sin dificultad. Me fijo en los laterales y veo montones de piedras: debe ser que era esta la parte pedregosa que comentaba Pablobike y que para mi suerte debían haberla mejorado.

Detalles por el camino

En el Km 17 aproximadamente, en una amplia curva hacia la izquierda a la derecha esta la empinada pista que lleva al puerto de la Acebeda. Viendo el desnivel a superar y los Km que me quedan por delante, prefiero no ampliar la excursión y sigo por la pista principal.

A los pocos kilómetros, aproximadamente en el 20, llego a uno de los puntos complicados a la hora de la orientación. La pista “muere” en un vallado y hay que tomar a la derecha una empinada rampa cortafuegos durante unos 400 metros, para seguir luego subiendo por un camino sendero pedregoso hacia la izquierda, en dirección al puerto de Peña Quemada. La verdad es que me esperaba tener más problemas de orientación en este sitio, pero sin embargo encuentro los puntos que he podido ir viendo en crónicas sin problemas. Aunque me paro para confirmar en el mapa, avanzo sin mayor problema, eso si, con bastante esfuerzo dada las pendientes y mal terreno que hay por la zona.

Ladera segoviana desde el puerto de Peña quemada

Después de aproximadamente 1,5km de subida, me pongo a bajar por la pista, convertida en esa parte en un pedregal, lo que me dejará en el puerto de Peña quemada. “Vaya, este repecho no lo tenía previsto y me tocará sufrirlo en la vuelta” es lo que pienso. Llego al puerto de Peña Quemada, aproximadamente en el km 23, donde tenía prevista una pausa. Aquí si que me asomo a la ladera segoviana, aunque tampoco es que tenga unas vistas demasiado espectaculares.

Tras una barrita y más miradas al mapa, continuo mi camino. La zona puede dar lugar a confusión, ya que transcurren dos pistas paralelas, la horizontal por la ladera madrileña y otra que a veces es pista, a veces cortafuegos avanza por la zona segoviana. La mejor guía es seguir por la de la izquierda según avanzamos para continuar nuestro recorrido.


Vistas del puerto de Peña quemada

En el Km 24 tenemos de nuevo otro punto importante. Hay que tirar por los diferentes desvíos a la derecha…yo lo hice en el primero pero no en el segundo, así que me vi bajando hacía Braojos sin quererlo. La zona tiene sus problemas de orientación ya que durante un corto trecho dos pistas corren paralelas. Al km de bajada, me convencí de que no podía ser por allí, ya que dejaba un valle a la derecha que según el mapa debería estar a mi izquierda, así que di media vuelta y volví sobre mis pasos cogiendo el desvío correcto, es decir el de la derecha. Por esta zona me cruce con un camión cargado de madera y empecé a ver los que serían mis compañeros durante los próximos 15 km (bueno, más bien sus efectos), los servicios forestales de la zona.

A partir de ese puerto de Peña Quemada me esperaba un terreno algo más favorable, sin ya casi pendientes, y además, en teoría con una pista en muy buen estado. Sin embargo, dado el trabajo de los forestales, esta todo lleno de ramas cortadas, restos varios de árboles y lo que es peor, la pista se hace muy incómoda dados los surcos y agujeros continuos que han provocado los camiones y máquinas que se han utilizado en la zona. Como si estuvieras pedaleando encima de una tabla de lavar, muy incómodo vamos. Pese a ir llaneando o incluso en algunos puntos bajando, no avanzo a mucha velocidad y poco después el tramo de subida suave hasta el puerto de la Linera se me hace muy pestoso.

De esta manera llego al puerto de la Linera un poco tocado. En este caso si que merece la pena desviarse a la derecha, subiendo por un camino que sale de la pista principal. El paisaje y vistas de la ladera segoviana son espectaculares, así que decido hacer una pausa en la zona para disfrutarlas un rato.




El puerto de la Linera y sus vistas


Estoy en el Km 34 (llevo aproximadamente 2 más que la ruta, así que sin “pérdidas” sería el 32) debe quedar como 1-2 de ligera subida para acabar los últimos 15km dirección a Navafría por falsos llanos favorables o llaneando. Sigo por el camino trillado por los forestales, es decir, muy incómodo y ciertamente, son de los kilómetros que más me pesan…no puedo coger un ritmo y me empiezan a doler bastante las posaderas. Además, todo va repercutiendo bastante en mi cuerpo, lo que me crea bastante desgaste a la hora de dar pedales.

Después de un par de kilómetros me encuentro a bastante maquinaria y operarios limpiando el monte. Tras los típicos saludos, les rodeo por fuera del camino y continúo mi marcha. A partir de aquí la cosa va mucho mejor, la pista está como tenía que haber estado antes de los trabajos forestales y se avanza muchísimo mejor. Vamos, que parezco otro encima de la bicicleta y comienzo a comerme los kilómetros que hay entre mi y el puerto de Navafría. Además, el terreno es favorable, llano o pequeños repechos en bajada, que a la vuelta tocará subir.

Esta zona es en mi opinión la más bella de la ruta, ya que vamos por densos pinares, con revueltas en las que se pueden ver nacimientos de arroyos, bajando abriendo valles en dirección el al Lozoya. Si no he puesto fotos es porque en ese momento el cielo amenazaba lluvia, pero desde luego es una zona para disfrutar y mucho de la naturaleza.

Los kilómetros iban pasando a buen ritmo y en poco tiempo, logro llegar ya a mi destino, el puerto de Navafría, kilómetro 50 para mi pero que se corresponde con el 48 en el caso de haber hecho la ruta sin pérdidas. Ciertamente, este puerto esta en medio de un profundo pinar, así que aunque me asomo a ambas vertientes, no es que pueda disfrutar de unas vistas dignas de mención.

Después de las consiguientes fotos para rememorar la hazaña, paso al momento más esperado de la ruta: ¡el de reponer fuerzas! La verdad es que iba teniendo hambre y literalmente engullo todo lo que me encuentro en el camelbak. Además, veo una de las posibles razones de las incomodidades que he ido teniendo en mi trasero: el sillín se me había desplazado hacia atrás en sus raíles, por lo que estaba apoyando más peso del normal en la zona de la próstata en vez de en la zona de los isquiotidiales. Rápidamente me pongo a solucionar el problema y la verdad, es que en la vuelta esa zona prácticamente no me dio problemas.

Llegada a Navafría

Después de 15 minutos de pausa vuelvo al camino. Primero tocan unos 15km de llaneo con algún que otro repecho para subir. Y sinceramente, esta parte se me hizo bastante dura mentalmente. Todos esas revueltas, todos esos valles preciosos de los que hablaba a la ida se me hacen todos iguales, parece que no avanzo un metro y que estoy siempre en el mismo sitio. Menos mal que finalmente llego a la zona de los forestales (se nota que el terreno esta más machacado) y despierto un poco de ese machaque mental al que me estaba sometiendo estos primeros kilómetros de la vuelta.

Por suerte, en tramo después del puerto de la Linera, pese al mal terreno, se hace fácil porque pica para abajo y prácticamente me dejo caer, amortiguando con mis piernas las diferentes irregularidades del terreno. En nada me planto en el puerto de peña quemada ante el último repecho duro de la jornada. Antes de seguir hago una pequeña pausa para prepararme mentalmente. Las rampas entre piedras son duras pero la verdad es que las paso mejor de lo que podía esperar. Curiosamente pese a llevar cerca de 5 horas sobre la bici, me encuentro con bastante fuerza y las paso sin problemas.

Así que paso la última dificultad física importante del día y me pongo a bajar por el duro cortafuegos que tanto sudor me había costado en la ida. Aquí veo de nuevo más maquinaria que literalmente esta machacando el camino por el que voy. Con tanto trabajo forestal, no tengo claro como quedará la pista en los próximos meses.

En la parte de abajo del cortafuegos veo que la valla de la pista que encontré abierta en la ida, ahora esta cerrada. No tengo claro como abrirla, así que la decido saltar…bueno, lo peor de la ruta ha pasado y queda solo deslizarse con pendiente y pista a favor hasta Somosierra. Este tramo ciertamente lo disfruto mucho y me permite retomar fuerzas, así que en las zonas llanas de alrededor del puerto voy con bastante fuerza. Por lo demás, poco más que contar, solo que acabe metiendo como es mi tradición, los pies en una poza de barro. Menos mal que encontré un arroyo de limpias aguas para que mis pies y zapatillas dejaran el manto marrón oscuro dejado por el lodo.

Después de la batalla

Llego a mi coche a las cinco de la tarde, 6 horas y media desde que salí, de las cuales he estado dando pedales 5:39. La verdad es que aunque cansado, me encuentro muy satisfecho, sobre todo por haber acabado con bastantes fuerzas y por haber sido capaz de solventar los problemas de la pista en mal estado en el tramo central. En conclusión, una bella ruta excelente para entrenar fondo y prepararse marchas de larga distancia.

Ficha de la ruta:

Distancia total: 98,3 km (sin perdidas serían 96km)
Desnivel acumulado positivo: 700 metros
Tiempo Ciclado: 5h 39 minutos
Velocidad media neta: 17,4 km/h
Pulso medio: 131 p/min

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