Hola a todos de nuevo,
Esta vez toca la prueba de un sillín para nuestra MTB. Desde luego, esta es la pieza de la bicicleta más personal que se puedan tener y que nos va a marcar buena parte de la “relación” que tengamos con nuestra amiga de las dos ruedas. En los últimos años se ha desarrollado algo más el tema y se ofrecen algunos sillines en diferentes años. Pero hay más cosas, la horma que tenga, como traten la espinosa zona de la próstata etc…y finalmente, que cada culo es un mundo como se suele decir.
En mi caso, este siempre ha sido uno de mis puntos más débiles a la hora de dar pedales. Cuando leo las crónicas de las marchas de muy largo recorrido, por ejemplo de Los 10.000 del soplao, pocas veces veo referencias al trasero de los que la escriben. Desde luego no soy un novato en esto de la bici y llevo ya unos cuantos kilómetros en mis posaderas, con gran número de rutas de muchas horas de pedaleo. Al final, en las rutas largas, acababo siempre con más dolor de culo que falta de fuerza en piernas.
En general, desde que monto de forma regular (hace como 8 años) siempre había preferido sillines con ranura para la próstata. Había empezado con el de mi Merida Matts Speed, un velo y después pasé a los Flite Gel Flow y a los SLR Gel Flow de Selle Italia, todos de corte muy similar. Sin embargo, pese a descargar mucho la próstata, al final siempre acababa con muchos dolores en la zona que lo rodeaba, por no hablar de los molestísimos granitos que me salían al ejercer presión por allí.